Comer bien y moverse no son opciones separadas, son partes del mismo camino hacia la salud
Entrenamiento y alimentación: el pack completo
En el club lo tenemos claro: comer bien forma parte de tu entrenamiento. No lo entendemos como dos cosas separadas. Comemos todos los días y nos movemos todos los días, por tanto, todo suma —o resta— a tu rendimiento físico ya tu bienestar general.
¿Cómo te quieres sentir en 5 o 10 años?
La forma en que vives hoy condiciona cómo vivirás mañana. Una alimentación equilibrada y un entrenamiento regular pueden prevenir enfermedades como diabetes, sobrepeso, problemas cardiovasculares o articulares. Y no sólo eso: también mejoran la memoria, el estado de ánimo y la calidad de vida a medida que pasan los años.
Entrenar por salud, no sólo por estética
Muchas personas llegan al gimnasio o al dietista para mejorar su composición corporal. Pero con el tiempo, el objetivo se transforma: quieren salud. Quieren vivir mejor. Y para conseguirlo, es necesario que nutricionistas, entrenadores, fisioterapeutas y técnicos trabajemos en equipo. Ésta es nuestra manera de entender el servicio: holística y personalizada.
El entrenamiento comienza en la cocina
Planifica y gana control
Organizar tus comidas según horarios, actividad física y preferencias alimentarias es clave para mantener la energía y garantizar una buena recuperación muscular.
Comer bien no es complicado. Aquí tienes 6 pasos clave:
- Sigue el plato saludable: La mitad del plato debería ser vegetal. La otra mitad, repartida entre hidratos complejos (arroz integral, legumbres, tubérculos…) y proteínas de calidad (carne, pescado, huevos o alternativas vegetales como tofu o seitán). Acompáñalo con agua y fruta si te apetece.
- Olvídate de las dietas extremas: No te saltes comidas ni cortes grupos de alimentos. Tu cuerpo necesita energía y nutrientes reales: hidratos buenos, grasas saludables y comida variada.
- Hidratación = prevención: Bebe agua antes, durante y después de realizar ejercicio. Una buena hidratación mejora su rendimiento y reduce el riesgo de lesiones.
- Evita los ultraprocesados: Lee las etiquetas y reduce los alimentos con malas grasas, azúcares añadidos y aditivos. Más mercado y menos supermercado.
- Descansa con conciencia: El descanso es parte del entrenamiento. Dormir bien te ayuda a recuperarte mejor y rendir más.
- Muévete cada semana: Si no sabes por dónde empezar, elige una actividad que te motive. Y déjate acompañar por los profesionales del CEM. Te guiaremos.
«Alimentarte bien no es dieta. Es cuidarte. Y entrenar no es sólo sudar, es apostar por ti mismo.»

